Era agosto de 1997. El fútbol español estaba en plena efervescencia de fichajes, con cantidades que, hasta ese momento, eran impensables. Y fue ahí cuando entró en escena Denilson, jugador brasileño que fue fichado a golpe de talonario por el Real Betis. La cantidad: 30,5 millones de dólares (5.300 millones de pesetas de aquel entonces). Pero, lo que realmente trastocó las cifras fueron los 65.000 millones de pesetas (400 millones de euros) de cláusula de rescisión.
Esa cláusula de rescisión es un mecanismo con el que se pone precio a la indemnización que el club actual de un jugador percibirá si otro decide hacerse con sus servicios antes de que se cumpla la finalización del contrato. El objetivo inicial no era más que proteger, especialmente, a los clubes pequeños de los gigantes que, con mucho más poderío económico, podían ‘robarle’ a sus estrellas.
Pese a su existencia, se trata más de una ‘tasación’ por parte del club propietario que de otra cosa. En los últimos años han existido acuerdos entre clubes tras los que la cantidad se ha rebajado de forma considerable o, incluso, ha desaparecido gracias a un pacto entre ambas partes, como ha ocurrido recientemente con José Mourinho y su salida del Real Madrid (ha salido gratuitamente pese a hacerlo antes de que cumpliera su contrato).
En los últimos tiempos ha habido cierto debate sobre la fiscalidad de estas operaciones. Éste se enconó tras el fichaje por 40 millones de euros del jugador español Javi Martínez por parte del Bayern de Munich. El club bávaro se negó a pagar IRPF ni IVA, al entender que está exento. Y así es: no están sujetas a IVA por ser entendidas como indemnizaciones, ni tampoco le es aplicado el IRPF porque se trata de una operación entre dos sociedades.
Esas cláusulas de rescisión son las ‘causantes’ de los fichajes multimillonarios de los que hemos hablado en estas mismas líneas la pasada semana. Esos 400 millones de euros de la cláusula de Denilson fueron sólo el comienzo de una ‘carrera’ en la que ha habido cifras ‘estratosféricas’ pagadas por clubes como el Real Madrid, en las dos etapas de Florentino Pérez como presidente, u otros que contaban con millonarios en sus cúpulas.
Como decíamos al comienzo, este era un mecanismo que, en el fondo, venía a proteger a los clubes pequeños. Ahora, en momentos de dificultad, son éstos los que la consideran una forma de hacer caja. En algunos casos, las renovaciones han traído consigo reducciones de las cláusulas para evitar que esos jugadores fueran inalcanzables en el mercado. Ahora, esta figura está sirviendo de protección más a los equipos grandes, colocando un muro contra jeques o presidentes millonarios cuyo poderío económico para fichar es enorme.
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