Ventajas de vender en Amazon para el comercio minorista

Cuando un pequeño comercio tradicional quiere empezar a vender por Internet, lo más habitual es crear una tienda online para empezar a captar negocio por este canal. Generalmente, lo que se busca es que los productos o servicios que se ofrecen en local también estén accesibles para un mercado global de consumidores. Pero también hay otras opciones que se pueden utilizar y que van de la mano de gigantes del comercio electrónico, ofreciéndonos la posibilidad de ser nuestros socios tecnológicos al incorporarnos a su plataforma de ventas. Pero ¿cuáles son las ventajas de vender en Amazon para el comercio minorista?

No sólo es esta plataforma, sino que también tenemos la posibilidad de vender en otras como Rakuten, eBay, etcétera, plataformas que te permiten ofrecer productos que tenemos en stock, especializados y que muchas veces para el cliente local no tienen salida, pero que para un cliente global, que accede desde Internet pueden ser justo lo que está buscando. Otras veces lo que buscamos es ofrecer nuestro producto del que hemos logrado tener un buen acuerdo comercial para su distribución y tenemos un precio competitivo.

Vender en Amazon y otras plataformas similares

La gran ventaja de vender en Amazon y otro tipo de plataformas similares para un comercio local es que no tendrá que preocuparse por la infraestructura. Montar una tienda online para poner a la venta sus productos muchas veces supone un gran esfuerzo para una pyme, algo que resta energía y atención del negocio principal y que muchas veces no se traduce en una generación de ingresos real. Por eso encontrar una plataforma que nos permita exponer nuestros productos y venderlos a través de ella es una buena alternativa para empezar en el comercio electrónico.

Porque luego no se trata sólo de tener un lugar donde vender, que esto es más o menos rápido de conseguir. Existen muchas opciones para que un comercio local monte una tienda online de forma solvente. Lo más complicado es dar a conocer tu tienda, llegar a un público en Internet más allá de los clientes que ya nos conocen en el ámbito de nuestro barrio o ciudad. Este es el gran salto que muchas empresas buscan vendiendo por Internet y donde hay que empezar a trabajar en temas como SEO, marketing online, SEM, pago por click, etc. Un montón de conceptos que tenemos que trabajar día a día para tratar de captar tráfico y luego convertir dicho tráfico que llega nuestra tienda online en ventas.

Por eso muchos autónomos y pequeñas empresas deciden apostar por Amazon, Rakuten o similares. Este tipo de plataformas les dan acceso a un mercado potencial de millones de compradores que ya acuden a ellas en busca de los productos que necesitan. No es que tengan muchas visitas, sino que estas son de clientes potenciales, por lo que la posibilidad de conversión es mucho más alta de la que tendríamos por nuestra cuenta. Claro que aquí también hay que tener en cuenta otros factores, puesto que no somos los únicos que vamos a ofrecer estos productos y otras empresas también pueden vender lo mismo u opciones similares a través de esta plataforma.

Acceso a un mercado potencial enorme pero con una gran competencia

Esto nos obliga a ajustar mucho los márgenes de beneficio para ofrecer un precio de mercado que sea competitivo. Puede que vendamos más productos que si lo hiciéramos por nuestra cuenta, pero en muchos casos tendremos un margen de beneficios muy pequeño. Además a esto le tenemos que restar los costes que tengamos por vender en la plataforma elegida, algo que dependerá de factores como la cantidad de productos puestos a la venta, el número total de ventas, etc. aunque las fórmulas suelen ser bastante flexibles para dar cabida a todo tipo de empresas.

Lo malo es que muchas veces si vendemos en una de estas plataformas y a la vez tenemos una tienda online nos obligan a sincronizar los precios. No podemos vender en nuestra tienda online a un precio inferior al que lo hacemos en Rakuten o Amazon, por ejemplo. De esta forma estamos cautivos en muchos casos de la política de precios que tenemos que fijar en estas plataformas, perdiendo parte de nuestra independencia. Esto también ocurre en otros aspectos, puesto que es este intermediario o socio tecnológico para la venta online el que fija las condiciones y nosotros no tenemos mucho margen para negociar con ellos.

Un ejemplo puede ser la gestión de los pagos, donde nos vemos obligados a aceptar las reglas del vendedor. Montar nuestra tienda online nos da una independencia en la elección de pagos que muchas veces nos facilita mucho toda la gestión de backoffice de la venta online, donde nos permite utilizar las herramientas o el TPV que ya venimos utilizando en nuestro comercio tradicional. En este sentido, puede que la gestión de pagos y ventas sea un poco más compleja en este tipo de plataformas.

Por último hay que considerar que en muchas ocasiones nuestra marca pasa desapercibida. Nos hemos asociado o cubierto bajo el paraguas de un gigante del comercio electrónico por lo que en muchos casos el cliente no es consciente, o al menos no del todo, de a quién le está comprando el producto. Está bien para ayudarnos a captar clientes y tráfico, pero luego no nos asociarán como su referente de ventas. La próxima vez que necesiten un producto parecido volverán a entrar a la tienda online, pero no buscándonos a nosotros como vendedores. Fidelizar al cliente en este tipo de plataformas es mucho más complicado.

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